10 de septiembre de 2015

Por Luis Vilchez - Carlos Patiño, poesía y militancia - Poesía Periodística (Parte 22)

Carlos Patiño formó parte del grupo Barrilete, que en los años 60 incorporó a la poesía las preocupaciones del hombre de la calle, las noticias de los periódicos, los motivos del tango… el 10 de junio de 2013 a la edad de 79 años dejó este mundo corpóreo, pero quedó entre los integrantes de la revista “El Viento” su obra, su militancia poética, su coherencia, su ternura de niño.   


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Reflexión (Poema dedicado a Carlitos Patiño, referente)


No tengo miedo de decir
o equivocarme

tengo miedo de callar
sin discutir el mundo

sin decir
sin hacer nada

27 / 12 / 2012


Poema extraído del libro “Como si fuera el fin del mundo”, Ediciones Libros de la Calle, año 2013, Luis Vilchez.

Obra de Carlo Patiño

Declaración Jurada

   Las declaraciones juradas se distinguen de las declaraciones a secas en que en las primeras se miente igual pero bajo juramento.
Siempre he sentido el deseo irrefrenable de mentir a rolete en este tipo de declaraciones. Jurar es algo tan ridículo que ya no lo hacen ni los chicos. Por eso, cuando afirmamos una altiva verdad, no nos atrevemos a jurarla. Porque jurar una verdad es tan innecesario como explicar nuestro poema. Y tan sospechoso. No jurar es una muestra de madurez. Lo juro.
Para mentir que soy maduro no me queda otra alternativa, paradojalmente, que no mentir en absoluto, frenando el impulso que antes aludí. Con los cuales de entrada admito una mentira. Que en realidad son dos. Porque digo “irrefrenable” cuando queda evidente que se puede frenar. No hay que creer en las declaraciones juradas.
   Pero vamos al grano y no a la paja. Olvidemos el juramento y hablemos en serio.
   Soy un poeta más. Tal vez no una gran poeta ni un buen poeta, ni un poeta siquiera. Eso yo no lo sé y seguramente seré el último en enterarme. Pero me gusta lo que hago y lo voy a seguir haciendo. La popularidad no me desvela, los honores no me erotizan, la inmortalidad me tiene sin cuidado. L inmortalidad es una broma de humor negro, una justicia necrofílica.
Servir a la causa del pueblo en la medida de mi capacidad, hoy y aquí, es lo que me interesa. Para eso escribo. Mi tarea esta consustanciada con la lucha del pueblo del que formo parte. Lo que a él le suceda, me sucederá.
   Cuando el pueblo triunfe, triunfaré yo. Dos libros de poemas, artículos y poemas diversos en diversas publicaciones, innumerables volantes, proclamas, declaraciones de principios, etc., el sentido y el objetivo de mi tarea. Eso excluye cualquier diletantismo. Mi aspiración fundamental es estar entre el pueblo, uno más, eufórico y oscuro, el día en que se agiten las banderas de la liberación definitiva.



Del torturador

El torturador
amaneció claro y despejado
desayunó con excelente apetito
perdió media hora en
cepillar sus manos sonrosadas
las cepilló hasta
dejarlas libres del último quejido
y después
discutió con su mujer sobre problemas
estrictamente domésticos
escuchó comprensivamente sus protestas
por lo caras que están todas las cosas
peinó a continuación su estría de
bigotitos
besó a los chicos y
salió
como un empleado más
a cumplir otro tedioso
torturamiento de rutina
por un sueldo de
mierda.

Del Pinochetazo

Jorge Celaya Llerena
obrero
lamenta
no estar en condiciones
de responder al imperioso
llamado de la junta que usted
tan dignamente preside
pues casualmente
esa junta
lo fusiló
ayer.

Del presidente

Dejó que los niños fueran a él;
los esperó sonriente, acarició todas
las cabecitas
y obsequió
a cada uno una bicicleta
reluciente
por la molestia.
No hubo diario
que olvidara
registrar tan revolucionaria ceremonia.

Los padres de los chicos
calcularon
cuanta comida cuanta ropa
podrían comprar
con lo que valía ese aparato
cuantos tiernos zapatos para esconder
deditos
pero ninguno se animó a
privar a las criaturas de su
absurda conquista;
aplaudieron al Señor Presidente
por tamaña grandeza
y vivaron su
nombre
escondiendo la angustia detrás
de los aplausos.

Del Executive

Se perdió presuroso
tras la puerta giratoria.

Su portafolios negro se agitaba
como una bandera de pirata.
Para ganar el pan
el poeta no
encuentra
el poema en el aire y lo caza
el poema no es un pájaro / el poeta no
recibe visitas clandestinas de números graciosos
que se instalan en su egregia cabeza
iluminándola / el poeta es
como un viejo minero solitario y muy terco
que arrastrando su mula
penetra cada día al socavón pico pala esperanza
golpe a golpe a la piedra tras la eterna quimera
e igual que los mineros
son muy pocos los que dan con la dorada veta / pero
una vez y otra vez pico pala esperanza
tras la eterna quimera
golpe y golpe a la piedra jornada tras jornada
pisoteando palabras el aire enrarecido
polvo sobre la frente
sudor lucha trabajo / el poeta es
como el viejo minero
que acostumbra morirse
abrazado a su mula a su pico a su pala.

   Armas llevar

Un arma sólo sirve para
matar /
si quiere ser honesta
un arma
debe ser ligera y acerada
porque
matar es siempre una desgracia

por eso un arma
si quiere ser honesta
no puede tener angelitos dorados
en el cargador
cachas de nácar
o dibujos festivos de ninguna índole
seca
austera
de pocas palabras
un arma
si quiere ser honesta
carecerá de toda fioritura:

matar no es una fiesta


   Otra ausencia

                                   Y si la felicidad no es esto de vivir contigo
                                                   dentro detigo, yo te prefiero a la felicidad.

                                                           Jorge Enrique Adoum


Como el barco que se ha ido separando del muelle
mientras caen los cables acerados y alaridan los marineros
-la nave rola, cabecea, toma su rumbo hacia nuevos destinos-
agrandando el hueco entre muelle y barco, barco y muelle;
el hueco
no solamente significa que se agrandó la distancia
que el agua está metida entre el barco y el muelle;
quiere decir que atrás quedó, en el hueco,
tu piel
entre otras cosas.
Quiere decir que como el barco que se ha ido separando del muelle
me separo de tu pelo en la almohada
de tu espalda
de tu mano en la mía
mientras la nave rola, cabecea,
toma su rumbo hacia nuevos destinos
crea el camino por donde yo en las noches
retrocedo para encontrarte
caminando sobre las aguas
para encontrarte
atravesando sombrías superficies y esqueletos piratas.
Por eso algunas noches sentirás como un viento
algo así como alas de gaviotas jugueteando en tus pechos
como voces lejanas, como música, llamándote, rodeándote.

Soy yo
que me separo del lugar en que estoy y no estás
soy yo
que me separo de mi cama vacía
soy yo
que me separo de este extraño no hallarte
como esa vez el barco se alejaba del muelle
            dejándote
                           y dejándome.

Fuente:

- Libro LAS HOJAS. Compilación de Testimonios, notas, poemas, cuentos, crónicas varias, de escritores de la década del 60 y 70 que publicaron en la Editorial Papeles de Buenos Aires, Ediciones La Pluma y La Palabra dirigida por el poeta Roberto Santoro y escritores que han publicado en la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) El Viento dirigida por la escritora Mónica Algarbe y el poeta Luis Vilchez. Año 2010. Colección: Libros de la calle.

- Libro Número 21: Retratos. Patiño, Carlos. 

- Libro esquinas silenciosas, Cuba, 1999. Premio Casa de las Américas


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