16 de mayo de 2015

Luis Vilchez - Poesía periodística (Parte 7) - Nora Bruccoleri, poeta popular de Mendoza, Argentina, maestra y militante del PTS, Pan y Rosas, La Hidra de Mil Cabezas y de la Corriente 9 de Abril Lista Marrón.

Testimonio

Poema dedicado a la poeta Nora Bruccoleri

Poesía es resistir
resistir
es no bajar los brazos

Poema extraído del libro “Epitafio (de amor y desamor), Luis Vilchez, Libro número trece de la Colección Libros de la Calle, año 2010


Conocí a Norita en el camino de la poesía. En ese surco de susurros que une eternamente a los poetas. Y allí, abrazado a su ternura de río, conmovido por su coherencia y sus versos, no se pudo romper bajo ningún motivo el vínculo amoroso de amistad sincera.

Compañera de la vida de Camilo Jiménez músico popular del grupo Amauta, que toca quenas, sikus, moxeños y ocarinas para la madre tierra, delicada madre, hermana astral de sus amigos poetas... no deja de soñar un mundo más equitativo, donde los panes y el abrazo alcancen para todos y todas.

La Bruccoleri es una maestra de vocación y no de vacación. Por supuesto de las poetas que más ha gozado y enorgullecido publicar en nuestra Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) “El Viento”.

Me abracé a los sueños de Nora una noche fresca de Mendoza, cuando con mi amigo Gastón López Alcaraz (músico popular puntano) fuimos a convidar nuestra poesía y música en un centro cultural de la vecina ciudad, por supuesto que ella estaba en el público y entró inmediatamente en escena compartiendo unos poemas. Desde ese momento “El Viento”, el que tiene memorias que caminan, el fresco, el fuerte y sensible a la vez, el que le hace oídos sordos a la desesperanza, nos hermana.

Vaya uno a saber en qué pensaba en la foto que pusimos de portada en esta nota, ella está en "Cueva del Pirata" (desembocadura del río Bio Bio en el Pacifico) Concepción Chile enero 2013, con birome y papel, con la música del agua, con el silencio y la paz que esto conlleva.

La suave brisa del otoño puntano, la extraña. Soñando un nuevo encuentro, convidamos su palabra. Esperamos un golpe en la puerta de nuestro lugar de amares, para convidarle un mate con yuyitos de esperanza, para soñar nuevas formas de nacer una revolución.


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Obra de Nora Bruccoleri 

*1 Yo que nací en diciembre y deseo oler a jazmín, fui culpable desde la niñez, de hacer crecer la palabra en aquel patio con macetas, las que conversaban conmigo y se volvían bosques, selvas. De hacer crecer la palabra sí, en la mala noche que dibujaba en las celosías miedos, los que el velador de los cuentos borraba.

La palabra desde entonces y antes para luego, ahora, siempre, dar de beber a mi obstinado vicio de pensar el mundo sin sed y con tantos aljibes humanos.

La palabra endereza mis amaneceres para que nunca deje de verlos tal cual son. Será por ello que saludo cada día el árbol de mi vereda, creyendo que se repite por sobre toda la tierra una bandera, ante la que se ponen de pie los que están de pie ante la vida, para acurrucarse cuando es preciso junto al pájaro.

Por ello y por tanto más que queda tendido y se evapora, para volver siempre a nutrir de verde, es que hago mi declaración de amor a la poesía”.


Cobertura de Canal 7 Mendoza cuando miles de trabajadores de la educación se quedaron a...
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*1 Testimonio

Escribo porque es el sentido que le doy a la vida. Y lo hago desde el respirar para que los oprimidos, ojala puedan servirse de mi palabra.

Páginas

Eran las páginas de un tiempo
que tenía razón de pájaros
de flor,
de brasa valiente
en balcones de pasión.
Era militante el arco iris
y el pasto crecido del arte.
Éramos nosotros
que no esperábamos a la lluvia
la andábamos como al amor
descalzos,
con las melenas francas
inventados de montaña.
Éramos invencibles cuerdas
en el polen del destino.
Desde entonces nunca volvimos a mirar
con la indigna mueca de la indecisión.
Fueron sucediendo ferocidades
y tibiezas,
la vida,
con tajos inesperados
y sonidos inconfundibles de ciertos besos.
Nosotros cautivados y maltratados
por los tapices inconclusos
y sin embargo perfectos,
fuimos abrigándonos con esas luces
y olvidando inútiles pasados.
Algunos destejieron colores
y el desencanto clavó sus cuchillos.
Otros fueron fotografiados
en lo invisible de la muerte,
los devoró la crueldad, el desamparo
en el hueco cráneo de la nada.
Ese abandono condena
a bien recorrer inolvidables piedras.
Eran las páginas de un tiempo,
nuestro terrenal relato,
el que continúa en el viento
mientras enhebramos nuevas alas
con el vuelo de aquellos deshielos.

Certezas 

Por las entrecejas del hambre
a lomo de sus brujas insurgentes
que roen las campanas del sueño
van con desdicha,
con indecible rabia
a no pedir permiso,
a seguir el rastro de la madrugada
empujando siembras de la sangre
con la terquedad de la greda originaria
y el perfume del mosto en la distancia.
Por la borra de años castigados
van con la tenacidad de las costumbres
que no nos dejan jamás,
a levantar el polvaderal de un grito,
el propicio,
el urgente,
el inevitable,
porque en la luz encorvada
por el ultraje de horizontes
deben completar descontento con rastrojos,
por eso cargan leña de paciencia y coraje,
llevan la intemperie aullando en la mirada,
nombran la herrería del futuro
y van por memoriosos fuegos
acuchillando miserias
con treinta mil un certezas,
prodigiosos rocíos
que sustentan ubres de rebeldía.

A los Luchadores de Lear
¿Domar el agua
el fuego
el aire
los pájaros?
¿Domar los pasos
el refugio de la verdad
el tiempo cansado
y fresco
de quienes honran
lenguajes del alba?
¿Domar la calle
y el atajo
de la lucha
que es lluvia
en el páramo?
¿Domar la esencia
desatada,
inefable
de la conciencia,
ese puente mentor
del porvenir
sin fragilidades
de la miseria?
¿Domar los sorbos
que esquivan
vértigos de dudas
y ahorcan
resumideros del poder?
El verso y el reverso
legible y oculto
de lo digno
corta el itinerario
del despojo
y abre de par en par
el legado
de Los Indomables.
Las Buscamos

A Johana Chacón y Soledad Olivera*

Con el anillo de luz
que ronda a la luna
uniendo a quienes
desmontan miedos
y el respaldo azul
de la montaña horizonte
que despeja olvidos
escribiendo lo preciso
sin la tregua
que silencia, retrasa,
confunde, oculta, mezquina
las Buscamos.
Con el nuevo verde
aromando tardes,
esas trincheras donde se extingue
lo nefasto de la nada
y se ampara la verdad,
con los cristalinos despertares
de pájaros, sentidos y quehaceres
denunciando complicidades con lo absoluto
las Buscamos.
Con la firmeza de su pueblo
que se vuelve mayúsculo mapa
y la compañía
que sustenta lo fraterno
de viernes a viernes
desde la Escuela
vertiente de esperanzas
sumando flechas de intentos
que hieren de muerte a la indiferencia,
con los pasos desplegados
por sus rostros estandartes
que vocean la urgencia de Encontrarlas
las Buscamos,
encaramados a los vientos
rabdomantes de sus vidas
y por otras vidas
las Buscamos.

*Desaparecidas el 04-09-12 y el 18-11-11 en Tres de Mayo, Lavalle, Mendoza, Argentina.

Normalistas Mexicanos

Por cada silla vacía
aguardamos de pie
con el paso de las marchas
condensadas en un pacto
que propague el valor.
Embravecido México
busca en el
“¡Ahora, ahora
se hace indispensable
presentación con vida
y castigo a los culpables!”
Nosotros
debemos azuzar sus llamas
sin displicencia.
El mundo debe soltar
el grito:
¿Alguien ha visto
a los Cuarenta y Tres
Normalistas de Ayotzinapa?
Que un chispazo fraternal
ligue el prólogo
de páginas sin fronteras
vedar
“¡Vivos los llevaron
Vivos los queremos!”

Fuente

- Archivo de la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) “El Viento”

- www.revistaculturalelviento.blogspot.com.ar

- www.luisvilchezpoeta.blogspot.com.ar

- *1 Textos extraídos del libro “Las Hojas”. Compilación de Testimonios, notas, poemas, cuentos, crónicas varias, de escritores de la década del 60 y 70 que publicaron en la Editorial Papeles de Buenos Aires, Ediciones La Pluma y La Palabra dirigida por el poeta Roberto Santoro y escritores que han publicado en la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) El Viento dirigida por la escritora Mónica Algarbe y el poeta Luis Vilchez. Libro número 12 de la colección “Libros de la Calle”. Año 2010.

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