19 de enero de 2013

Esperándola - Luis Vilchez - Colección Libros de la Calle - Cuarta experiencia literaria realizada “a pulmón”


Amorosa Introducción

   Puedo decir que el hombre que escribió estos versos, 
de mujeres no sabe nada... tal vez intuya algunas cosas 
¿pero saber?… quizás esa sea su mayor cualidad, 
que al no saber nada de ellas, 
entonces, 
siempre algo les descubre…
   
   Nunca le movió el piso la mujer del tango, 
la que se fue, 
la que dejó al hombre como si fuera un pobre diablo y luego de llantos y ginebras nocturnas el pobrecito terminó en un cabaret llorándole a otra mujer de la noche y durmiendo en su regazo de desamor por unos mangos, 
y el hombre se hizo niño y volvió vencido a la casita de lo viejos. 
   
   Tal vez la muchacha de un bolero lo conmueva un poco más, 
solo por ese tono de ema enamorado ema apasionado ema hedonista que distingue al poeta.
   Él le ha escrito estos versos a la mujer de río-aire-tierra, a la diosa del silencioso cielo matinal. A la compañera. A la que rema deados para unos cuantos. En ellos se dibujan los hombres como él (por ejemplo: sus amigos-poetas) que la esperan para convidarles un corazón lleno de amor. Para invitarlas a compartir sueños-luchas-esperanzas.
   Debo reconocer que entre los hombres que él admira (poéticamente hablando) la mujer ha sido un gesto de dolor y de inspiración poética (ora el amor ora la vida ora la nostalgia),
por ejemplo su entrañable amigo, el poeta Gabriel Rosales, en su poema Calle Adentro de su libro Empezonado les recuerda a sus amigos, los poetas Enzo Montura y Gastón López (el autor de este libro fantasea con que también se lo escribió a él):

caminamos por las Calles
       que supimos andar o desandar
                somos un pedacito de tierra apasionada
                                                     en el polvo del tiempo

gracias amigos por pisarme el pecho
                                                 así tan bellamente
y borrarme las huellas
           de los que nos pisan la Esperanza
                                     con los zapatos nuevos

y ya que estamos en la misma senda
ustedes que saben de amor y desamor
                     ¿dónde esta la huella de la que se fue,
                                              la de los pies livianos como el azúcar?

y díganme compadres
         han de venirme otros pies que marquen con su ritmo
                                                                         alguna nueva danza?
        ¿acaso somos la definitiva espera
                                                               de alguna huella nueva?
       ¿somos, fatalmente, las huellas que nunca nos rozaron?

no hace falta que contesten
sé que los amigos no ofrecen respuestas pero escuchan preguntas

gracias Compañeros por dejarme su  huella
por cruzarse en el rumbo de mi vida,
de los que Andan a la Par
                             han de ser
                                    los caminos del porvenir.

   Bueno, 
digamos que en este libro hay un hombre que no es de amor o desamor y que Esperándola camina Calle Adentro con sus amigos poetas (marchando, 
amando las idas y vueltas que nos da la vida,
Esperándola) ¿y que es el amor y el desamor sino lo mismo? ¿acaso será puro impulso acompañado de ternura? ¿o será una inmensa calle dispuesta a que la avancemos hasta lo mas profundo de nuestra espera amorosa?
   
   Digamos que si este hombre se hace universo Esperándola, 
ella es una etérea estrella caminante; digamos que el planeta no les alcanza para decir su tantos teamomucho; digamos que la inteligencia de este hombre es un puente, 
solo un puente para intentar caminar esta vida llena de mujeres que (él piensa) otros hombres queremos como objetos, 
pensando equivocadamente que eso es amor. Este hombre no la tiene (repito) como objeto de posesión, 
no espera que le lave los platos o le ponga la mesa, 
cual sumisa. Él quiere que este mundo sea más habitable, 
soñando la reciprocidad del bien común para ambos sexos. 
   
Este hombre la ama y le sueña cambios sociales. ¿Para qué más?



Bendita disfonía

 No, no necesariamente todo lo poético debe ser bello

Dardo Dorronzoro

Amada: ¡escúchame!
aun conservo la voz intacta
ronca 
cuerda 
Golleneche 
fresca 
vuela en mi canto 
de juglar del pueblo

conservo la voz -yo- te lo juro

para decir poemas a las blancas lunas
para buscar belleza en estos versos frescos
para soñar… me juego por LA LUCHA

mi voz no es de unos blandos y dulces ruiseñores 
no es de poetas estrictos por la rima
ni de un elegido tenor que cuentacuentos
mas bien mi voz es una voz rayada
como pasta de disco del setenta
pero no ha muerto - se mantiene fresca

conservo la voz intacta

porque como Dardo Dorronzoro - yo soy un poeta
no soy un hacedor de versos bonitos
y para ser poeta debo sentir la sangre de mi pueblo
que pasa y repasa memoria por mis venas
debo sufrir el pan - la tierra triste - la injusticia
en niños Chorrilleros - del Lince o del Ampía *1

y esta escasez de abrazos y de besos 
de mujeres y hombres
que quieren que compremos el amor 
con tarjeta de crédito... me da asco

conservo la voz intacta - amada mía

porque sueño campesinos - obreros y maestros
y sueño sonrisas en tiernos pordioseros
para que canten sanos - radiantes y contentos…

y sobre todo mi voz canta una REVOLUCIÓN…
una cantata de ríos de sonetos
que van marchando en un panfleto añejo
con la protesta - la lucha - de mi pueblo

amada mía 
yo te convoco a soñar OSADÍAS
estoy dispuesto a todo

porque (¿sabes?) aun conservo la voz intacta

El Chorrillo, domingo 6 de julio de 2008
*1 Barrios que pertenecen a la ciudad de San Luis, Argentina

Tapa: Pedro Gaeta (Artística Plástico) dibujo extraído de la carpeta número 5, del libro Mas cuestiones con la vida, del poeta Humberto Constantini. Dibujos de interior. Extraídos de la carpeta número 35, del libro Integración, del poeta Carlos Penelas. Carpeta número 22 El tigre fuera de la bolsa, de Oscar García. Carpeta número 28, del libro Una sangre para el día, de Dardo Dorronzoro. Editorial Papeles de Buenos Aires, Colección: La Pluma y la Palabra, dirigidas por Roberto “Toto” Santoro, año 1974


1 comentario:

  1. Me encantó conocerte Luis, a través de Mar Al: ayer me fui a dormir pensando que hay que "confederar" el arte, ya que no es cierto que dios atiende en B.Aires.
    Soy mendocina y siempre discuto este tema: sos internacional, ok, también lo soy, pero quedamos entre paisajes irrepetibles mientras la fiebre editorial y la competencia se dan en las metrópolis.
    Un abrazo, poeta

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