11 de noviembre de 2013

Como si fuera el fin del mundo - Luis Vilchez - Séptima experiencia literaria realizada a pulmón. Libro número quince de la Colección Libros de la Calle



Poesía

“...en la lucha social también por la semilla
se llega al fruto
al árbol
al infinito bosque que el viento hará cantar…”
ROQUE DALTON 

¿Cómo llegamos a acariciar 
la lluvia del enero? 

¿cuántos pies se necesitan 
para llegar a la cuna de tus pechos de agua?

hoy pongo la semilla 
te doy el don que la palabra brota en mi garganta

y llego al fruto
al árbol
como Roque

soy infinito como la mirada de aquel niño que fui
y aun me tiene

camino despacio 
por un país insano

busco el poema exacto
que me lleve a ser pájaro

y construyo como un nido del hornero
las palabras que matan al olvido

así 
la música camina por los árboles

y el aroma que nace de las flores
penetra en mi

es cierto mi amor:
la poesía es el infinito bosque de palabras 
que el viento hace cantar

16 / 01 / 2013





Historias Vulnerables



Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, 
se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
DE AMOR 77, JULIO CORTÁZAR, UN TAL LUCAS

Ilustración, Gustavo Díaz

Fuego

   Nadie ha visto el humo aún. 
   Nosotros recién acabamos de hacer el amor. Una rosa perfumada se acurruca en la mesa de luz y se enfrenta a nuestras miradas gozadoras. La tarde esta quieta, pero los pájaros no se olvidaron de cantar. Percibimos que un hermoso colibrí nos cuenta en cantos algo ocurrido, pero somos inconscientes de lo que esta pasando. Esperanza (mi amada compañera) se tiende una bata y se va a bañar. Con mirada picarona presiento que me invita a compartir el rito. Baboso mi ser hoy solo piensa en ella. Esos senos, ese pelo, esos ojos. Todo mío (o casi mío) no lo sé. Mojados, nuestros cuerpos entran en plena pluviosidad, ella me pide más, y yo trato de complacerla, me suplica que no pare, y soy su dicha. Por un instante siento que soy dios, pero eso es poco, no puedo ser tan necio. Ese invento de los hombres hace mucho que se olvidó del mundo y se desmitificó de mi vida amorosa. Y yo soy vuelo, revolución, delirio, memoria. Soy todo lo contrario de esa esencia que quiere preceder a mi existencia. 
   
A Esperanza se le cae el jabón y yo me enciendo contra su trasero. Mientras la fuerza se llena de ternura compartimos amor, mordiscones. Rasguñados somos una especie de batalla de besos y de abrazos. No hay nada más hermoso que este instante, nada importa, nada existe de repente, solo el acto. Ninguno quiere abandonar este juego. Ambos sabemos que cuando todo pase hay que volver a la realidad. Al acelere de las monotonías, al colectivo roto, a verle la cara a la rutina, a los niños que requieren nuestro afecto (o defecto). No, es muy injusto, no podemos ser tan bobos y parar, no lo merecemos. No. Pero todo pasa. Nos secamos, peinamos y nos cepillamos los dientes (siempre queda en la boca ese aliento gozador, que no es bueno compartir con extraños).

   ¡El humo, el humo, el humo! (grita Esperanza) ¿Eso es humo? (contestó sorprendido) y con desprecio miró por la ventana.

   En realidad ninguno quiere salir, es domingo, y este día es nuestro, nadie, ni si quiera el fuego, tiene derecho a robarnos nuestro tiempo. Pero la culpa es grande. La diosa abre la puerta y ve el incendio. El terreno de en frente se esta quemando. Lo peor es que esta lleno de chatarras, tarimas, viejas heladeras, etc.… y con la ayuda de los árboles se fortalece el fuego. Pegadito al fuego esta la casa de la familia Páez, un matrimonio de ansíanos que vive hace muy poco en el barrio. La culpa se agranda y nos da pena. Con mucho dolor emprendemos la partida solidaria hasta la casa de los buenos abuelos, a ver que se puede hacer para apagar el fuego, ya hemos postergado el rito del amor vaya a saber por cuanto tiempo (puedo asegurar que los dos estamos angustiados) pero no queremos demostrar la pena.

   Todo, absolutamente todo el vecindario viene a presenciar el acto. El fuego crece y se expande la ola de humo que nos hace toser y re-toser y nos marchita el amor de a cuajo. Por un momento tenemos la sensación de que todos nos observan. Con Esperanza nos miramos y mimamos con miradas cómplices y percibimos la misma sensación. Nadie tiene nuestro color y nuestro olor. Nadie. Somos inevitablemente: etéreos.

   Celestina, la vecina de enfrente, sale de su casa después de largos días de encierros y de rutinas (al divino botón, se le pasó la vida, pienso). Sus hijos la acompañan y no esta mal venir con un buen mate, ya que se nota que hay para rato y nunca viene mal hacer sociales. Feliciano, su marido va por unos baldes y alguna manguera. Llegan todos. El almacenero, reconoce que se había olvidado de lo que era estar en la calle con gente y se sorprende al ver como ha aumentado con el pasar del tiempo la población del barrio. Mientras tantos los abuelos tiran baldes y tratan de apagar con dos o tres vecinos el fuego con una precaria manguera. Todo es humo, en esa tarde oscura. Todo es dolor, pesar y terquedad. Son más de doscientos los ojos que miran el siniestro. Por momentos da la sensación de que nadie quiere que el fuego se apague. En realidad el barrio es aburrido y monótono, nadie tiene tiempo de hacer sociales, y por primera ves en diez años de vida parece que estamos todos. Puede verse alla a lo lejos una joven lugareña presumiendo a un muchacho con cuerpo de lobo y fingiendo espanto por el fuego. Los concejales del barrio aparecen con espíritu soberbio y comentan que presentían que esto iba a pasar y que ya habían advertido a la gente de la chatarrería que deberían limpiar y desalojar el terreno lo más pronto posible. 

   El cura, bendice el causal encuentro popular y finge conmoverse por la injusticia, aprovechando el espacio para recordar que hay que ir a misa y colaborar con la causa divina. La oportunidad es masiva y nunca falta el tiempo para publicitar horarios para que niños y grandes hagan la primera comunión y se liberen del pecado. No falta el debate. Aparece un vecino Adventista de los Últimos Tiempos y un grupo de formales y corteses Testigos de Jehová. Grito va y palabras vienen, el más coherente resulta ser el Trula (vagabundo que acaba de perder su hospedaje en la casa abandonada en el lugar del hecho) y dice a los gritos: ¡Carl Marx decía que la inquietud religiosa es al mismo tiempo la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es la queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo! Y tenia razón, reflexiona nuevamente.  Sabio el Trula, che. (Pensamos con Esperanza)

   No hace falta un insensato que reparte tarjetas para la discoteca y el vendedor de pan casero (entre otros). Todo se torna a una feria de ventas o un rito religioso y pagano como el de Villa de la Quebrada, en la provincia de San Luis (lugar donde vivimos). Por momentos nos miramos con Esperanza como si fuéramos dos desconocidos, somos cómplices del hecho, y también nos sentimos como sapo de otro poso. Nadie puede pasar desapercibido, todo es nuevo. Un nuevo paisaje, voces nuevas, amigos y vecinas nuevas. Pero el fuego persiste a los ojos de todos. Todos aparentemente se asustan. Comienzan las molestias en los ojos y todos tosen, porque también hay molestias en las gargantas secas. Todos. Todos son un molesto coro de babuinos. 
   Sorprendidos, algunos preguntan si hay muertos. Quizás ese hecho agrave la situación pero si hay sangre hay más suspenso y así nadie se querrá ir del populoso holocausto para encender la monótona TV, y continuar con el partido del domingo. 

   Cuarenta minutos después por fin llegan los bomberos. Los vecinos se miran de reojo y es propicio el momento para intercambiar teléfonos y planificar hacer una comisión barrial. El hecho se agrava por unas horas más y luego de apagar el fuego los bomberos exhaustos se van. Nada en el descampado. Solo chatarras quemadas. Alguien que llora y fuma uno que otro porro. Y vuela, como yo y Esperanza volábamos hace unas horas, pero en otra sintonía.

   El barrio retorna al silencio que lo caracteriza. Pueden verse las ventanas de las casas con las luces prendidas y el encendido de algun televisor (algo hay que quemar, aunque sea las neuronas).

   Esperanza prepara la tarea del lunes, ya llagaron los niños. Mi suegra y mi nuera vienen a quedarse a dormir. Me aparto y me apropio del silencio y voy a regar el pasto. Me pongo los anteojos y el sombrero.

   La felicidad es corta. La paz dura lo necesario como para seguir soportando este mundo. Soy demasiado insensato como los del barrio. Como vos. Como el bendito sexo. Que se acaba.

Ilustración, Brenda Opaso

10 de mayo de 2013

La Hojas - Testimonios - Compilación de Testimonios, notas, poemas, cuentos, crónicas varias, de escritores de la década del 60 y 70 que publicaron en la Editorial Papeles de Buenos Aires, Ediciones La Pluma y La Palabra dirigida por el poeta Roberto Santoro y escritores que han publicado en la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) El Viento dirigida por la escritora Mónica Algarbe y el poeta Luis Vilchez.

Publicación Independiente. Juana Koslay. El Chorrillo. San Luis (Capital). 
República Argentina. Planeta Tierra. Donde Se Respira Poesía Popular.


Instrucciones para ser un poeta popular
   
   Cada vez que pensamos y penamos este mundo, se nos da por escribir. Pues por ese oficio incansable y desesperado que nos dió la vida (sea por azar o elección) no podemos parar de darle cuerda a estas teclas tratando de evitar la monotonía de la vida y ser en definitiva los que impulsan el nacimiento de este libro. 
   Ya pasaron centenares de Vientos por nuestras vidas. Vientos que nos enseñaron a volar y danzar por lugares impensables para nosotros. Ya pasaron Sopapas Literarias que nos sacaron la voz de los poetas y trovadores de los poros. Pasaron las voces del Toto*2, del Loli*3, Del Víctor*4, del Enzo*5, y del Picheto*6. Pasaron años de letras y letrillas. ¿Sirvió para algo? El tiempo lo dirá, nosotros creemos que sí. Siempre deseamos que sí. Estamos convencidos de que sí.
   Aspiramos a que con este libro viajen, sueñen y jueguen, como lo hacemos nosotros. Les proponemos meternos en un vuelo imaginario, en un vuelo golondrina. Queremos que se apoderen de las obras y que se metan en la vida de los artistas populares que les vamos a convidar. Artistas de la lucha, de la utopía, de la perseverancia. Caminemos y marchemos, poema en manos. Denunciemos las vicisitudes de este mundo. Y suframos como dijo el Che “por cualquier injusticia en cualquier lugar del mundo”. Ese es nuestro deseo. Conmoverlos será una posibilidad de sensibilizarnos y ser masa. Sentirnos esperanza.
   Compañeros del amor: En este año XI de la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) El Viento les compartimos la idea. 
   En la década del 70` todos los militantes del amor compartían la delicadeza de escribirse cartas, de contarse sus miedos, sus frustraciones, convidarse sus poemas, de militar políticamente hablando, etc. Comunicarse con el otro, pensar en ellos y no parar de sufrir por un país, una Latinoamérica libre de los lobos del norte, era el objetivo principal de sus vidas. Cultura, salud, educación, deporte, etc. Es por lo que lucharon estos jóvenes poetas del amor (en el caso de lo que vamos a difundir ahora) y que los llevó a ser (en palabras de la escritora Mónica Algarbe): desterrados de su propia tierra… como es el caso de Roberto Jorge “Toto” Santoro, Enrique Gregorio Courau, Dardo Sebastián Dorronzoro. Algunos de los que participaron en los 38 libros de la Editorial Papeles de Buenos Aires, Colección: La Pluma y la Palabra, que dirigía Santoro fueron asesinados y/ o desaparecidos entre los años 1974 y 1983. Y de San Luis, la poetisa popular Ana María Ponce, que detenida en 1977 por fuerzas de la Marina es trasladada a la ESMA. Sus poemas fueron escritos en cautiverio, se conocen porque la poeta los había entregado a una compañera de detención, Graciela Daleo, sobreviviente de este centro de exterminio. Su verso es llano, de metáfora precisa, como si se pudiera palpar, donde en medio de la angustia que trasuntan, siempre permanece -y pone en valor- la esperanza de la libertad como máxima aspiración humana. 
   La perseverancia por una causa es la que provocó en nosotros una profunda admiración. El devenir del amor y de la vida, que tanto nos da, que tanto nos quita, nos llevó a conocer a Dolores Méndez y a Paula Santoro. (Una, compañera de la vida; la otra, la hija del poeta). Esta causalidad, este convidar de historias en tiempos y espacios diferentes (Santoro y sus amigos con la Revista Barrilete por los años 70, nosotros con la Revista El Viento en estos tiempos,… y el Viento mueve el Barrilete y viceversa o vice-verso) nos hizo entrar en un proceso de concienciación de nuestra propia realidad, y tomarnos con profunda y conciente responsabilidad la idea de revivir constantemente a estos artistas populares y ejemplos de vida, amistad y camaradería. Carta va y carta viene, Sobre cerrado, lagrimas, intriga. Venían las misivas de nuestra adorable amiga Dolores Méndez, convidándonos memoria, fotos, cartas de Roberto con Dardo o con Javier Villafañe. Recortes de periódicos con su poesía, postales, risas, lágrimas. Recordamos una postal que nos mandaron las Santoro y que decía: “Los hombros para seguir / con los inviernos / o las manos para prolongar / lo que no pueden expresar las palabras / En fin / de lo que tengo lo que sirva / hasta que aguante” , Gracias por tus Vientos y Sopapas, firma Paula – y Dolores, y en la postal un óleo del pintor Berni, una Orquesta típica, en plena sintonía.
   Entonces nosotros (los poetas de El Viento) pensamos que en tiempos y espacios diferentes estamos viviendo lo mismo que les pasó a estos jóvenes poetas del amor que forman parte de una generación que tuvo 30.000 desaparecidos. Por desgracia los milicos nunca se fueron del poder sociopolítico cultural y todavía almuerzan con Mirta y brindan por el porvenir de Susana. Esto es terrible!!! Mientras tanto en el comedor del Barrio Rawson / de la ciudad de San Luis / un niño murió de pena / mientras la barriguita le vibraba de hambre / y unos hijos / militantes / que resisten tanta pena / inundarán en lagrimitas de rocío / tanta impotencia.
   En nuestro primer viaje a Buenos Aires en junio de 2007, estuvimos en Chacarita en casa de Paula. En esa ocasión Dolores nos regaló los 38 libros de la Editorial Papeles de Buenos Aires, Ediciones La Pluma y La Palabra. En cada libro el “Toto” les hacía producir a las y los poetas lugareños una especie de “Declaración Jurada”. Pensamos que les pregonaba que hicieran como una confesión, un testimonio, de por qué escribían, si servía para algo, de su militancia política, etc. Y luego los adhería a unos poemas sueltos con dibujos intercalados del algun dibujante amigo, para que dentro de una carpeta oficio naciera “como por arte de magia” un nuevo libro. Extrajimos de cada carpeta todas las Declaraciones Juradas y un poema (en algunos casos dos o más, porque nos pareció interesante convidar un poco más de la obra). El mismo trabajo hicimos con los poetas de El Viento.
   Tratando de cumplir nuestra tarea, (tarea que esperamos dentro de treinta años más otros la sigan), hemos pedido a nuestros amigos poetas que nos hagan un Testimonio de por qué escriben, para qué, etc. sin mostrar nada del material compilado por Roberto, ya que estábamos seguros de que en tiempos y espacios diferentes la esencia de los textos sería la misma. Pretendemos creer que no nos equivocamos. Por eso esta poesía periodística que pretende ser un aporte a la cultura y a la memoria.    
   Este libro es un homenaje a los poetas y artistas plásticos que publicaron en la Editorial Papeles de Buenos Aires y los poetas y artistas plásticos que publicaron en la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) El Viento, en La Sopapa Literaria (Revista de Poesía Periodística) revistas que tenemos el orgullo de dirigir y a la Cooperativa Editorial Revistas Callejeras, de la cual tenemos el orgullo de sentirnos parte. Siempre que se necesitó una mano para armar un libro, darle publicidad, aguante, allí estuvimos. 
   Ambos proyectos se caracterizan por el trabajo en grupo, por un profundo respeto por la diversidad de pensamientos y haceres y por no sentirnos parte de esta prostitución de la poesía que encaminan en la actualidad ciertos gremios del país, ciertos círculos cerrados, relacionados con la literatura, que sólo conducen al clientelismo político de la cultura, y no a la construcción, a la minga.


Sobre el oficio de escritor

   Hay algo por encima de lo metafísico que nos pasó de repente a quienes desde el 21 de setiembre de 1999 nacemos Vientos. El devenir del amor nos llevó a toparnos con el pensamiento de Santoro y de alguno de sus compañeros de militancia como el poeta Umberto Constantini o el artista plástico Pedro Gaeta, verdaderos referentes de las artes. Roberto, que  fue, además, un humorista convencido, que no separó su actividad artística de su compromiso, primero, y de su militancia, después. El tipo que supo declarar: “Lo mas importante es ser uno cuando se vive y ser el mismo cuando se escribe”. Entonces, pues, nos pasa, que al transcribir estos pensamientos, coincidimos con el Toto, y se nos pone la piel de gallina. Pensamos en uno de los amigos que desde un principio nos dió un empujoncito para seguir haciendo este sueño de Hojas que se vuelan como Viento, nuestro entrañable amigo Roberto “Tato” Iglesias, poeta y sociólogo entrerriano, que refiriéndose a retomar el tema de hacer una revolución epocal nos dijo: …“Justamente la tenemos que construir entre todos, pero no solo desde la palabra sino también en lo gestual, no solo diciendo sino también haciendo”… Pareciera que son palabras de Santoro, pero son del Tato, otro hincha del Racing Club de Avellaneda, otro revoltoso revolucionario, otro referente, reprochado y marginado por la derecha puntana, empecinado en transmitir el pensamiento de Paulo Freire, invisible a los ojos del sistema del gobierno demoniaco que se ejerce desde hace 27 años en la provincia que nos tocó nacer: San Luis, Argentina, Sur del Continente Americano, Planeta Tierra, en recomposición metonímica y anímica. 
   Constancia, armonía y vocación (diferente a la vacación, en palabras de Santoro). Coherencia, camaradería y trabajo. Este fue y es el principio fundamental no solo de La Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) El Viento, sino también de nuestra Sopapa Literaria (Revista de poesía Periodística) y de los compañeros poetas de la Cooperativa Editorial Revistas Callejeras. 
   Entonces nos vemos con el deber de seguir sembrando esperanza y espíritu de vocación en esto que llamamos poesía y militancia social. Porque sabemos que vendrán muchos Barriletes empujados por un fresco Viento y nacerán muchos Vientos, para acariciar un nuevo Barrilete.
   Esa unidad entre la vida y la obra llevaron a Santoro a lograr la mayor libertad posible que un artista pueda tener, es decir, haciéndose cargo de la necesidad, personal y social. Cuando no tuvo dinero para publicar sus libros y los de sus compañeros hizo un curso de linotipia en la Escuela Técnica nº 31 de La Boca para aprender el oficio. Copió textos en máquina de escribir, se entintó las manos, luchó con la linotipo y la rotaprint, dobló y armó carpetas.
   Nosotros empezamos a nacer nuestro Viento con papel, tijera, fotocopias, cola de pegar y figuritas, hasta llegar a adquirir una maquina de escribir Olivetti y pasar de allí a una computadora mas o menos buena y convencer a un diseñador gráfico con vuelo y creatividad como es nuestro Huguito Jofré Izu para que le dé frescura en el diseño. Luego, no nos conformamos con esto y nacimos otra revista adherida a un CD que llamamos Sopapa Literaria (Revista de poesía Periodística) como un homenaje a la poesía de Santoro que se decía ser “poesía periodística”. Y fuimos por mas: darle una mano al amigo, a las poetisas, con el diseño del libro y la caricia, con el CD, con el mango que nunca nos alcanza, pero que siempre aparece cuando hay ganas. Así nacieron las Ediciones libros de la Calle (11 libros hasta ahora) y las Ediciones Poetas de la Calle en CD y DVD (3 hasta ahora), las Ediciones Madera y Verso (1 libro) y el panfleto poético La Cosa (salieron 28)  y Atropellos (salieron 48) que siempre nacen en una marcha, allí donde uno encuentra a los poetas de la lucha. Tanto las revistas como los libros y los CD, un 90% de forma artesanal, artística, amorosa, atenta a las necesidades de los buenos lectores, que buscan aparte de un buen contenido literario, originalidad en una revista o libro.
   Decía Santoro: “Al principio, mis manuscritos entraban por las puertas de las imprentas tradicionales y de ellas salían transformados en libro. Con la excepción de haberlos escrito, yo no tenía nada que ver con la realización. Hasta que me di cuenta de que había que poner manos a la obra. Esto quiere decir: comprar el papel, realizar el armado de las carpetas o de las cajitas de cartón, compaginar la inclusión de hojas escritas y dibujos –los pintores acompañan la tarea-, tomar mate mientras se trabaja, es decir, asociarse para derrotar los costos elevados, la mufa de las imprentas. Formar un grupo de trabajo. Todos colaborando con todos. Nada de especialistas: la tarea colectiva, común, integradora, que sirve para derrotar la imposibilidad de poder publicar un libro en esta sociedad competitiva y castradora. Gente de Buenos Aires y Papeles de Buenos Aires –así nos llamamos-, pueden servirle al que quiera publicar”.
   Poder hacer un libro enchapado en madera (variedades en pino, roble y cedro) adherido a un cartón, con un gravado en serigrafía, nacido de las manos de seda de nuestra amiga docente educadora popular Ana “La Vasca” Masi, y el diseño interior y la poesía de quien les escribe, con el diseño de tapa de Ana Laura Tripi y los retoques en el diseño general del Huguito y ese aguante incondicional de ese ser hermoso que es mi amada Mónica Beatriz, nos llena de orgullo. Más aun nos enorgullece haber formando un grupo de trabajo en donde todos colaboramos con todos, donde no hay especialistas en la cosa: una tarea colectiva, común, integradora… que solo da el convencimiento de una causa que se torna vocación y ansias de cambio social en un mundo aburrido y mecanicista, y tener las ganas de “tener una esperanza para convidarte / porque soy del amor”.


Sobre el compromiso de escribir poniendo el cuerpo   

   Y Julio 6* dijo: …todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante / pero el problema, para nosotros los que pensamos nuestra vida / es confuso y casi infinito / un caracol segrega y una nube aspira / seguramente recaerán / pero una compensación ajena a ellos los rehabilita / los hace treparse poco a poco a lo mejor de si mismos… 
   Y luego dijo Armando 7*: …importan dos maneras / de concebir el mundo, / una es salvarse sólo / arrojar ciegamente / a los demás de la balsa / y la otra: Un destino / de salvarse con todos... 
   También lo dijo Mario 8*: … no te quedes inmóvil / al borde del camino /  no congeles el júbilo / no quieras con desgana / no te salves ahora / ni nunca / no te salves… 
   Y Antonio Esteban 9* de corazón sereno, completando la idea, dijo con valentía: … la noche que fusilen poetas y cantores / por haber traicionado, por haber corrompido / la música y el polen, los pájaros y el fuego / quizás a mí me salven estos versos que digo…

   Y en ese recayente que me viene y me viene / y luego rehabilito para nacer un libro / para pensar el día abrazado a la vida / para dar lo mejor / para sentir que existo
   y no salvarme sólo / sino salvarnos todos
   y no perder la fuerza de nacer un poema / reivindicando a todos / los que han sido poetas
   poetas de la lucha / la memoria / y el tiempo
   y en vuelo de paloma rescatemos nostalgias / una suave caricia / y un abrazo de amigo
   y en blandos poetastros / se ensucie la esperanza 
   con ambición / olvido / y terco pesimismo

   para rehabilitarla con los versos del Julio / del Armando / del Mario / del Antonio / y del río
   quizás hoy la salvemos escribiendo este libro. 


Torturadores*7

Ellos: los poemas 
algunos -no son todos- pero son
torturadores de la corruptela

son poemas de la calle -vagabundos-
son poemas de la gente -sanadores-
son poemas de la lucha -memorables-

fusilan con ternura a los tiranos
y sueñan una patria 
que dude de los cuerdos

no son muchos: son -digamos- los de siempre

muchos pájaros
muchos cuerdos 
muchos locos

poemas que caminan con la historia
que nacen y renacen 
entre tanta necedad

muchas letras que no paran de cantar
y que sueñan paz y amor 
para los pueblos

atornillan de memoria 
a los amnésicos perpetuos
y ella los salva

* 1 Texto extraído de la Carpeta Número 37: Caña Fístula, de Elías Castelnuovo. Editorial Papeles de Buenos Aires. Colección: La Pluma y la Palabra. Dirigida por Roberto “Toto” Santoro.
*2 Se refiere al CD número 1 de La Sopapa Literaria (Revista de Poesía Periodística) año 2005, donde se escucha en audio la voz Santoro en comunión a la voz de Vilchez.
*3 Se refiere al CD número 2 de La Sopapa Literaria (Revista de Poesía Periodística) año 2006, donde se escucha en audio la música y el canto de Loli Lucero en comunión a la voz de Vilchez (recital en vivo en el Auditorio Mauricio López de la UNSL). 
*4 Se refiere al CD número 3 de La Sopapa Literaria (Revista de Poesía Periodística) año 2003, donde se escucha en audio la música y el canto de Víctor García Garro en comunión a la voz de Vilchez (en un recital en vivo en el Auditorio Mauricio López de la UNSL). 
*5 Se refiere al CD número 2 de las Ediciones Poetas de la Calle, que lleva el nombre de Oficio de Caminante, del poeta Enzo Mottura, cuyos narradores fueron Cristina Zunino (madre del poeta) y Enzo Mottura, con el acompañamiento musical de Orlando Oliveras. Año 2009.
*6 Se refiere al CD número 4 de La Sopapa Literaria (Revista de Poesía Periodística) año 2007, donde se escucha en audio la voz de Vilchez leyendo los poemas de Picheto, poeta popular de Jovita, Córdoba.
*7 El poema Torturadores pertenece al libro Poemas de amor para una olla vacía, Ediciones Madera y Verso, de Luis Vilchez, año 2008.


Publicaciones de la Revista Cultural Latinoamericana 
(Guturalmente hablando) El Viento

Segunda Comunión Literaria. Recibida el domingo 16 de marzo de 2008.
Algarbe, Mónica Beatriz. 

Testimonio
                        
                        Nuestra manera de decir ¡NO! 
                        a las injusticias de todo tipo planteadas por este sistema.

                        Nuestra manera de decir ¡NO! 
                        a las hipocresías bien plantadas por este sistema.

                        Nuestra manera de decir ¡NO! 
                        a los triunfos ridículos de ser una cuatro por cuatro.

                        Nuestra manera de decir ¡NO! 
                        al consumismo que destruye el planeta.

                        Mi manera, por ahora, de dar batalla y resistir 
                        contra los insanos gobernantes del mundo.


*

Remover a los incoherentes.
Elevar la vida y la lucha.
Sentir, pensar, y hacer en una misma dirección.
Insistir en recomponer el mundo.
Suplicar porque no dejes de amarme.
Tirar todos juntos del mismo lado.
Inundar de alegría la lucha.
Rumiar y rumiar, hasta encontrarle la vuelta.

Dedicado a  los utopistas

   La verdad es que a Don Juan no lo conocí porque se murió cuando yo tenía seis años. Pero siempre me lo imaginé con su boina yendo a la “escuela rancho”. Mi papá me contó que se morían de frío allí y prendían un brasero para dar las clases, donde Juan era el maestro. Él era un fanático de la ortografía, también de la enseñanza a la antigua; por cada error un tirón de orejas. Don Juan, mi abuelo, nació en Córdoba. Más precisamente en “El Arañado”; por esa razón geográfica fue un radical a muerte. De esos que odiaban a Perón y que por defender su causa perdieron el trabajo. Pero un radical de izquierda, que amaba el cooperativismo. Sabía que pertenecía a los campesinos y tenía un plan. Quería transformar los comités de circuito en salas de lectura para los jóvenes campesinos ya que en ellas encontrarían los medios para saciar su sed de saber. Decía que ellos “debían ilustrarse porque serían la esperanza del mañana para la patria”. En 1972 escribió: “Vivimos un momento crucial para la democracia; sus enemigos utilizan cualquier medio para hacer desmerecer al sistema...”.
   Y tenía razón. Cuatro años después se produjo el golpe militar más sangriento de nuestro país.
   Por eso, aunque no lo conocí, le agradezco al abuelito sus enseñanzas escritas en sus añejos cuadernos, que constituyen un soliloquio de sus opiniones, como aquella mirada tan despierta acerca de los dirigentes paternalistas del interior y sus pensamientos sobre la igualdad y el cooperativismo. Pero sobre todo por su afán de educar pensadores libres.

Del libro inédito Historias Vulnerables, año 2008

   ¿Será que no nacimos para ser felices? ¿Será que estamos condenados por la naturaleza, que después de haberla maltratado, hoy nos esta devolviendo con creces su furia? 
   Parece ser que no hay solución para que la humanidad siga adelante, como si nos hubiera cubierto una oscura nube, que no nos deja ver otra vez el horizonte, como si alguien quisiera asomar la cabeza y muchos otros la vuelven a aplastar.
   Todos caminando de la mano o en fila india hacia una gran moledora de carne, como aquella legendaria escena de The Wall, pero en el lugar de la moledora, un gran Shooping Center, donde todos dejan su esfuerzo mensual para, luego, alcanzar el status necesario para ser parte del gran “circo social”. 
   Pero si no sos parte te convertís en un nadador experto en ir contra la corriente. 
   Deberíamos sacarnos esa idea fatalista de que nada puede ser cambiado, esa ideología inmovilizante que amenaza al mundo entero. Como dice el maestro Paulo Freire: “El mundo se salva si todos, en términos políticos, peleamos para salvarlo”.
   Será, entonces que es tan difícil concentrarse en nuestro “ser”, que lo único que importa en este mundo es el “tener”. No importa que arrasemos con el planeta entero, con tal de conseguir dinero y poder. 
   En este número veinticuatro de EL VIENTO coincidimos en no dar una lección de vida sino, como siempre, encontrar un lugar distinto de todos los que nos proponen, donde podamos reflexionar acerca de nuestra manera de ver la vida.
   Cambiar algunas cosas parece imposible, pero sí es posible crear conciencia de que esta sociedad,  así planteada, no funciona.
   Sería bueno buscar el cambio. Y encontrarlo.

Editorial número uno, del número 24 de la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) El Viento, año 2008


Editorial Papeles de Buenos Aires
Colección: La Pluma y la Palabra

Libro Número 17: La Paz De Los Asesinos. Zito Lema, Vicente. 

Declaración Jurada
Arte Poética

   Continuamente se habla de poesía, de libertad, de amor. EXIJO que esas palabras no sean pronunciadas, si no somos capaces de darles su vital contenido; si no somos capaces de acompañarlas con nuestro hueso.
   ¿…Y podemos hablar de poesía, callando que se tortura…?
   ¿… Y podemos hablar de libertad, callando los asesinatos…?
   ¿… Y podemos hablar de amor, callando la antropofagia de unos seres sobre otros seres…?
   Basta ya de excusas, señores. Basta de mentiras. Basta de onanistas del cielo.
   La poesía no es un plato que se come frío.

La paz de los asesinos

Son tiempos en que también los asesinos
       Hablan de paz
Elevan sus copas
Y hasta brindan con una lágrima en la cara
El sol sigue girando
Y las hormigas y perros comiendo árboles
         o carne
         - y lento lento las puertas de la ciudad -
En tanto crece el jadeo en la noche del hospicio
Y el aire se cristaliza como un puerto de invierno
Señal del naufragio?
O es el colibrí dorado que cae sobre la arena?
STOP
Aquí en el supermercado hay alegría en paquetes rosas
         para todo presupuesto
Con largas colas
Donde no faltan los matones sindicales
        puesta la sonrisa que Dios manda
Indignación se borró de esta carrera
Kohutek el cometa se acerca sin mayor misterio
El científico que lo descubrió viaja a Chile
Dice que allí los cielos son más limpios
Chile donde la muerte se peina y afeita todos los días
         con esmero
Antes de salir de caza
… 15 mil asesinados no acompañan la claridad
       de la bóveda ciega?
… Acaso cuando llega el alba no descuartizan
       a los caballos?
Buenos Aires es una ciudad húmeda con 30º grados
         de calor este viernes de verano
Qué miras hijita mía?
Miles de lucecitas mas allá de la nube negra?
O tal vez palomitas que comen maíz y te cuentan
       su fiesta?
Es el último año que comemos debajo de los racimos
        de uva y de  las frescas hojas
La casa irá a remate
Qué pensaría el zapatero de los ojos celestes?
Alguien puede decirnos qué hacer con el pasado?
Las paredes ya no aguantan otra mano de pintura
Ni los techos la lluvia
Ni la familia las penas
Señores fantasmas señoras grietas basta de disfraces
Bailemos que Fiorentino es un buen chansoniere
Tinta roja?
Un valsecito criollo?
Prefieren una danza de novios o de luto?
O por cierto los muchachos peronistas?
En el portón han escrito con aerosol
LA SANGRE DERRAMADA NO SERÁ NEGOCIADA
Y en el frente de la casa de doña Josefa aún se lee
PERON VUELVE – LIBERTAD A LOS COMBATIENTES
Han pasado siete meses desde que los compañeros
        salieron de la cárcel
Es decir 210 días o 210 lunas contadas las de mar
Recuerdan como fue aquello?
Recuerdan que desde muy temprano fuimos llegando
        a Plaza de Mayo
Que había sol y lo comparábamos con aquel 17 de noviembre
Entonces llovía los tanques nos cercaron
Y la mayor parte no pudo cruzar el río Matanza
        Ni acercarse a Ezeiza
Pero ese día en la plaza el sol
Era amarillo y suave y hermoso
En la pirámide se agitaba un retrato del gallego Palmeiro
Alto
Muy alto –un vigía implacable en desolado-
Y las columnas avanzaban con los rostros de 
       Perón y Evita
Con los fusilados en Trelew 
Los bombos sonaban fuerte 
En los cánticos nacía la nueva alegría
Y en los brazos el reencuentro con otra primavera
           La más esperada
Las paredes tenían en rojo y negro las siglas de la guerra 
Junto al nombre de los caídos 
        en la larga marcha 
Y Cámpora que saluda emocionado
A su lado Darticos y Allende
Y la marina sin poder desfilar
Y el ejército sin poder desfilar
Expulsados
Despreciados
Mientras todo un pueblo le gritaba
SE VAN SE VAN Y NUNCA VOLVERAN… 
Después se encendieron las antorchas y marchamos encolumnados hasta Villa Devoto
Cuántos éramos? 80…100 mil…?
Cuántos salieron a las calles ha vernos pasar
        a saludarnos a traernos sus corazones que latían 
        como bestia joven?
La noche se alzaba en desafío 
Era el epílogo de años esenciales 
Cómo no se iban a    abrir las puertas del penal…
Quién puede detener el color de un a aurora…
Pasado todo me senté en una plaza con mi mujer 
la besé 
Había descendido sobre la ciudad una paz desconocida
Atrás quedaban tormentas…
Aguas inhóspitas…
Alguien ha guardado un poquito de alegría
         de esa jornada?
Cuando salían uno a uno los compañeros con sus 
       paquetes  de ropa
Cuando el padre de María Angélica Sabelli los apretaba
       como si apretara otra vez a su hija
No al cajón cerrado enviado por la marina 
Sino a María Angélica
A la que él había llevado a la escuela
Enseñado a cruzar la calle a tomar los cubiertos 
A la que besaba los domingos tras las rejas de
         ese mismo penal…
Por qué las cosas se pudren tan pronto?
No hablo de los cuerpos de los compañeros muertos
      que también se han podrido
Ese es otro cantar
Porque ahora son agua o tierra buena
O vuelan con los caballos por la montaña-así sueña
       mi hijita-
Pero con los demás qué pasa?
Por qué callamos?
Por qué no mandamos a la santa mierda?
        este silencio que paso a paso nos agota 
Como un mal entripado
Como la fiebre de un trópico interior…
He aquí a nosotros veteranos los del corazón cansado
Agua de azar un cuaderno para la buena letra 
         o una pared donde llorar nostalgia?
Dónde pronunciar otra vez en solitarios el lastima bandoneón 
         de un cuerda feroz?
 …
Es cierto que la fatiga pesa en nuestros huesos 
Sin embargo nadie abandona el barco 
Cómo ocultar entonces qué vientos nos impulsan…
Maneras de la política nosotros que anhelábamos 
       razones esenciales 
       móviles no pervertidos?
No se nos ocurre algo mejor?
Podría  ser pintar todos los árboles 
       de blanco 
Buscar el tesoro del pirata Morgan o el de 
        Sandokan…
Las historietas son siempre buen alivio 
Si alguien se pierde en el laberinto
        de los espejos
Pero hablemos de historia
De la historia que estamos haciendo 
De eso se trata
Pregunto 
Es necesario comer en la misma mesa con los asesinos?
Esperar que aclare cundo lo que se pervierte 
        es el propio sentido de la luz?
Confundirnos en la corte de los milagros con mostruos 
         y bufones de dudosa alegría?
No es pagar con usura la realidad de los posible?
Lamentos
Las puertas se cierran ferozmente nuevas noticias 
          de los diarios
El hampón que es ministro de trabajo dice impunemente 
         que el Comandante Guevarra era un renegado
Trabajadores despedidos persecución de militantes torturas 
       atentados con granadas y baazoks
       listas de condenados a muerte
Simple papel de cigarrillos para tantos sueños…?
Son tiempos en que los asesinos hablan de paz 
Nosotros recordamos a los caídos
Desolados 
Toda la noche se    abre ante nuestros pasos
Hija mía qué miras tras las nubes negras?
Acaso la esperanza?
Acaso caballos que vuelan de verdad?

Diciembre de 1973